Si no le decís nada (de lo que tiene que hacer) todo va bien, pero como le pidáis que haga algo “ponte los zapatos que nos tenemos que ir” o sobre todo, si desea hacer algo y le decís que no puede ser. Quiere ver pantalla o desea ir al parque, pero valoráis la situación y le decís que no.
Le cuesta muchísimo aceptar que sea así
- Nuna hay un “vale” a la primera.
- Todo lo cuestiona
- Busca mil argumentos para conseguir lo que quiere
- Te pide las cosas dando órdenes “¡Qué vengas!”
- O lo peor de todo, os falta el respeto o incluso alguna vez os intenta pegar
Además, suele buscar que le pongáis límites. Por ejemplo: hace algo, le explicáis que eso no va bien y lo vuelve a hacer.
Es agotador…
Incluso has llegado a no decirle nada para no crear según qué situaciones
Intentas decírselo con amor, le explicas la situación. Pero nada, parece como si fuera superior a él aceptar que vosotros sois los padres y los que decidís algunas cosas.
Y entonces entras en duda
¿Le tendría que haber dicho que sí?, quizás no era para tanto
¿Tendría que ser más dura? Hay gente que te dice que eso es por culpa de que no lo tratas con autoridad
Pero… ¿Cómo poner límites y a la vez permitirle ser?
Te informas sobre cómo es esto de poner límites, pero cuando lo intentas aplicar ves que no funciona.
También es posible que esté muy pendiente de vuestras conversaciones, y si hay algún problema intentar solucionarlo.
Estoy aquí para decirte que quizás no es porque lo estés haciendo mal, porque no sepas hacerlo o porque tu hijo sea imposible.
Te cuento
Hay veces que los hijos no están colocados en su lugar, no están en el lugar de hijos respecto a nosotros, están un lugar de “igual” ante nosotros o incluso por encima
Esto no es algo que podamos ver, ni que sea fácil detectar. Se trata de un movimiento profundo, ni nuestros hijos son conscientes ni los padres lo podemos ver.
Y no, esto no es culpa tuya. No hay culpables. Simplemente, los hijos, que son muy intuitivos y lo perciben todo, notan que algo no está resuelto y lo intentan resolver por nosotros. Y sin querer, se colocan en un lugar que no les toca. Otras veces, no hay nada que resolver, simplemente es que son muy sensibles y tienden a querer cuidar.
Síí, tu hijo colocándose ahí lo que está haciendo es cuidar de ti
Empieza por cambiar tu mirada. Ni tú estás equivocada ni tu hijo es un bicho raro.
Al contrario. Tú haces lo que puedes; y él simplemente se siente con mucho más poder del que tiene para su edad y para el lugar que ocupa en la familia.
Está cuidando, se está encargando de algo que no le toca
Te hago algunas aportaciones que te pueden ayudar
Para poder estar colocado como adulto ante tu hijo, primero es necesario estar en paz con tus padres. Si hay algún tema no resuelto o estás muy intentando resolverles la vida, muy posiblemente tu hijo lo notará. Si te sientes enfadada hacia ellos, o hacia uno de los dos, también influirá. Si quieres saber más sobre esto, te invito a que leas este artículo que escribí
Otra cosa que te puedes preguntar es cómo ves tú los límites. Quizás en tu interior sientes que es algo negativo. Y, en la misma línea, te podrías preguntar cómo fue o cómo es tu relación con tu padre. Porque suele ser el miembro que más representa la autoridad para ti.
Algunas ideas prácticas que os pueden ayudar:
Cuando le digas que no a tu hijo y te haga mil preguntas de porque le puedes decir. Depende de la edad que tenga la respuesta podría ser más elaborada o más sencilla.
Cuando tu hijo quiera decidir algo que no le toca por edad le puedes decir que de eso ya os encargáis vosotros (sus padres) que sois los adultos. “estás decidiendo qué haréis el sábado y él quiere tomar parte en estas decisiones” Podéis tener en cuenta sus deseos, claro que sí, pero la decisión final es vuestra.
En estos casos, les va muy bien sentir un, “tú solo eres el hijo” y no porque ser hijo sea menos sinó porque mientras sea niño hay muchas cosas que no dependen de él, que no tiene que decidir.
Es una frase que les libera.
Otras frase:
“No te preocupes, los adultos somos los encargados de solucionar esto. Tú te puedes dedicar a jugar”
Es una manera de decirle, te puedes relajar, nosotros ya nos estamos encargando.
*En este artículo pongo como ejemplo a un hijo y una madre pero por supuesto esto también se puede dar entre una hija y un padre.
Espero que todo esto te aporte y te ayude a poder vivir el día a día un poco más relajadamente. Y si veis la necesidad de hacer un cambio profundo os puedo acompañar a través de las constelaciones familiares. Ayudándoos a que vuestro hijo pueda colocarse en su lugar.
Si quieres, puedes escribirme por whatsapp y te cuento cómo lo podríamos hacer.
Un cálido abrazo y muchas dosis de paciencia.
Silvia Marín.